domingo, 11 de septiembre de 2011

Nature doesn't wait for you 1


8 de la mañana. Me despierto doblada en el coche despues de 10 horas conduciendo el dia anterior. Destino: Death Valley.
2 horas despues de descender desde los 400 metros hasta estar por debajo del nivel del mar y atravesar inmensas llanuras blancas rodeadas de cañones y cadenas de montañas de 4000 metros de alto, llego al punto de informacion. Hace 43 graditos de nada, y un sol de justicia. Duele el pecho al respirar.
Todo el día lo paso conduciendo por rutas salvajes, golpeada por el sol que no perdona cada vez que bajo del coche. Varias veces siento que me voy a desmayar. La presión es altísima, la luz abrasa los ojos. El paisaje es indescriptible y absolutamente bestial.
Paso todo el día deseando que una gran cantidad de agua helada me caiga del cielo, empaparme, quitarme la sed que siento hasta en las uñas de los pies.
A las 9 de la noche, después de un atardecer impresionante desde Dante's View, estoy saliendo con muchas ganas y los ojos saturados de belleza, hacia el mismo sitio donde dormí la noche anterior, fuera del desierto. Bajo del coche a comprar agua y, de pronto, una brutal tormenta se desata sobre mi cabeza y llueve. Llueve todo lo que llueve aquí en total a lo largo del año, todo en unos pocos minutos. Para mí.

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