Uno de mis compañeros de viaje, Oliver, dice que está seguro de que los terremotos deben afectar mucho al estado de ánimo y al enfoque que los Californianos tienen de la vida. Porque lo que siempre pensaste que sería firme y fiable, tu sustento y lo único que existe, la Tierra, se sacude, y deja de ser fiable, sustento y firme.
En la cumbre del Lembert Dome, a 3.500 metros sobre el mar, el viento es tan fuerte que no oyes tu propia voz al hablar. Te empuja tan fuerte que, sin darte cuenta, te arrastra peligrosamente hacia el borde del bloque de granito.
Te podrías precipitar al vacío por la fuerza de la Naturaleza, tal y como los terremotos te roban el sustento.
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