A todos los que me habéis preguntado: "¿Y no tuviste miedo?", "¿Y no era peligroso?", os dedico este post.
He sentido miedo en el Parque Nacional de las Montañas Bale y en el Parque Natural de Nechisar. Las dos zonas con menor densidad de población que he visitado. Sólo allí, miedo.
Miedo a no gustarle a la manada de nyalas y que salieran corriendo.
Miedo a que el cebro contento dejase de estar contento, huyera de mí y guardara su alegría.
Miedo a que el capitán hiératico de nuestro barquito siguiera acercándose a la familia de hipopótamos (el animal más peligroso de África).
Miedo a que el cocodrilo se enfadara más de la cuenta.
Miedo a que el pescador que cohabita con los cocodrilos tenga un susto mientras espera a que pique un pez gato sentado en su precaria barca de troncos.
Miedo a que el pescador que cohabita con los cocodrilos tenga un susto mientras espera a que pique un pez gato sentado en su precaria barca de troncos.
Miedo a no verlo, a perdérmelo.
Y pasado el miedo, disfrutado el momento, sentido esas miradas... ya no tuve más miedo en todo el viaje.
Puedes ver más fotos de animales aquí.
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