jueves, 27 de octubre de 2011

Despedida


Fin de mi viaje, despedida de San Francisco, final del California Dreamin’.


Escribo este hasta luego desde mi ya segunda semana en Madrid. Sólo un hasta luego, porque el espíritu de este tiempo que pasé en tierras amarillas-blancas-grises y entre árboles verdes-inmensos-brillantes, ese espíritu sigue en mí.

Luisa, mi compañera de Colombia, me contó mientras observábamos el vuelo de un águila en el Monte Tamalpais, que los nativos americanos solían decir que el hombre no ve a los animales, sino que los animales se le muestran al hombre para que éste, al verlos, reciba un mensaje de la Naturaleza.

El espíritu de esa águila, de ese momento, de esa fuerza de la tierra, de todos esos olores, de esa armonía bajo mis pies, está atesorado en un sitio muy profundo de mí. Y al lado de ese sitio, hay otro espacio donde he guardado las sonrisas de la gente por la calle, su desconocimiento del estrés, su paz y su forma de mirar a los demás.

Hasta luego California. Tu brisa ha viajado conmigo hasta Madrid.

lunes, 10 de octubre de 2011

Burning man

Burning man ( http://www.burningman.com/) es un evento anual en medio del desierto de Nevada en el que, durante diez días, artistas, músicos y más de sesenta mil locos y locas, construyen una macro ciudad inmensa e instantánea con materiales y elementos venidos de todas partes del mundo.
Dentro del enorme recinto, no existe el dinero. Todo se consigue intercambiando unas cosas por otras: arte, comida, drogas, un colchón para dormir, crema solar... Sólo hay que pagar por el hielo.
Al final de la semana, todas las construcciones etéreas, los enormes templos de reunión, esculturas, autobuses customizados etc se queman o se devuelven a sus lugares de origen, en una peregrinación excéntrica y descontextualizada por todas las carreteras de USA.

Un mes después de esta locura, se celebra una fiesta callejera durante el día en San Francisco, donde se originó el primer Burning Man. La fiesta se llama Decompression y es una ayudita para la gente que vivió esa semana en el desierto y está encontrando difícil reincorporarse a la vida real...
Disfrazada lo mejor que he podido, atravieso la puerta que me da paso a un nuevo, fresco y hedonista San Francisco, la puerta a la indulgencia. Una mujer de unos 60 años envuelta en flores de papel y con una sonrisa radiante se lanza sobre mí, me da un abrazo fortísimo y me dice: "Welcome home!!". A partir de este momento, cada persona con la que me cruzo me sonríe y me contagio de esta felicidad en cada instante.
Locura colectiva, reencuentros y gente con una creatividad arrebatadora deseosa de compartir sus ideas y su diversión desenfrenada. Las drogas corren de mano en mano, la música acompaña las danzas libres y personales de todos y cada uno de nosotros. El fuego está en todas partes. Hay niños y señoras mayores en pelotas. Hay gente guapa, fea, alta, gorda, baja, de aquí y de allá. Todos felices, natural o artificialmente, pero felices.
A las 12 de la noche todos se vuelven a casa en un orden estricto y en silencio, como siempre. Sonriendo y en silencio.

miércoles, 5 de octubre de 2011

YOSEMITE NATIONAL PARK 3


Not so stupid.

En un autobús con una superficie no mayor de cincuenta metros cuadrados, dieciocho personas de distintas edades y orígenes, han viajado durante cuatro días y cuatro noches a lo largo de millas y millas de imponentes paisajes.

Y han encontrado el modo de comunicarse, de convivir en un autobús, de construir una pequeña comunidad temporal, de quererse de algún modo, de ayudarse mutuamente, de caminar juntos hasta las cumbres desde los más profundos valles.

Puede ser que el ser humano, al fin y al cabo, no sea tan estúpido.

YOSEMITE NATIONAL PARK 2



Stupidity.

Es en lo que más pienso durante este viaje. En las razones de la estupidez del ser humano.

Con una cascada de doscientos metros de altura atronándote los oídos, bajo una imponente puesta de sol tiñendo el cielo de colores inesperados, después de haberte pegado con la roca para llegar al punto más alto de una tremenda montaña, frente a la soledad de un desierto, a los pies de un árbol que podría albergar a tres familias, uno que sea mínimamente razonable debería perder toda su arrogancia. Debería asumir la insignificancia del ser humano, y aceptar que, de nuevo, nature doesn't wait for you.

Aquí en el Yosemite, mis pies desnudos se han conectado con toda la fuerza de la única verdad que existe y me he sentido absolutamente insignificante, totalmente prescindible... y completamente FELIZ.

YOSEMITE NATIONAL PARK 1


Uno de mis compañeros de viaje, Oliver, dice que está seguro de que los terremotos deben afectar mucho al estado de ánimo y al enfoque que los Californianos tienen de la vida. Porque lo que siempre pensaste que sería firme y fiable, tu sustento y lo único que existe, la Tierra, se sacude, y deja de ser fiable, sustento y firme.
En la cumbre del Lembert Dome, a 3.500 metros sobre el mar, el viento es tan fuerte que no oyes tu propia voz al hablar. Te empuja tan fuerte que, sin darte cuenta, te arrastra peligrosamente hacia el borde del bloque de granito.
Te podrías precipitar al vacío por la fuerza de la Naturaleza, tal y como los terremotos te roban el sustento.